COM US AGRADARIA SER REBUTS EN AQUEST MON?
Us haveu plantejat com rebreu al vostre fill?
Us proposo una visualització (un exercici mental). Busqueu un espai còmode, fosc, relaxant i amb temperatura ambiental ideal. Feu un exercici de relaxació senzill: tanqueu els ulls i respireu a poc a poc. Al compàs d’una respiració lenta aneu relaxant tota la musculatura del cos començant pels dits dels peus i acabant per tots els músculs de la cara (ulls, galtes, llavis,…).
Quan estigueu ben relaxats, imagineu-vos que us submergiu en una piscina, no gaire gran, amb aigua calenta, a una temperatura agradable. Sou com peixos, podeu respirar dins de l’aigua i nedar. Sentiu la sensació agradable del contacte amb l’aigua calenta per tot el cos. Esteu sentint un massatge continuo. Us sentiu aïllats del mon. El soroll arriba esmorteït per l’aigua, i la llum també. Esteu en una espècie de bassa en la qual us podeu moure poc, calentets, sense sorolls ni llum. Us trobeu molt relaxats en aquesta situació. Les parets de la bassa es van aproximant a vosaltres com si us volguessin protegir, com si us volguessin abraçar. Són toves, elàstiques.
Però de cop i volta les parets es fan dures, es posen rígides i us empenyen i només hi ha una sortida. Vosaltres sou empentats cap a la sortida, que és molt estreta. Però hi passeu bé. A la sortida hi ha molta llum brillant, tant que us fa mal als ulls. Hi ha molt de xivarri i sorolls forts. No coneixeu a ningú, us agafen, us punxen, us posen un tub pel nas que us fa estossegar, veieu als vostres pares però no us deixen anar amb ells. Crideu, però no sembla que us senti ningú. Us sentiu impotents!!.
És així com voleu rebre als vostres fills? Penseu en això quan estigueu de part. O millor penseu-lo abans, per intentar fer alguna cosa al respecte. Reivindiqueu per als vostres fills la rebuda que us hagués agradat tenir a vosaltres a la sortida de la bassa. Ells, no la poden reclamar. Poseu-vos en contacte amb el personal que us atendrà el part, parleu-hi i demaneu, en la mida del possible, d’agafar vosaltres al nen/a i assecar-lo i protegir-lo. No exigiu si no fos necessari, només expliqueu que us agradaria que el primer que veiés fóssiu vosaltres, els seus pares.
Dar a luz: Recibiendo a un nuevo ser
Dar a luz: Recibiendo a un nuevo ser
El nacimiento de un ser humano se puede contemplar desde una
perspectiva fisiológica o desde una perspectiva emocional (o, por
supuesto, desde una perspectiva espiritual). Gracias al trabajo y a
las investigaciones del Doctor Michel Odent podemos comprender el
proceso y las respuestas fisiológicas del nacimiento, tanto en la
madre como en el bebé, que además encajan como piezas de un puzzle
con las investigaciones en psicología, tanto a nivel teórico como
clínico, especialmente a través de procedimientos terapéuticos que
permiten al paciente vivenciar –ver y sentir– hechos concretos
acontecidos dentro de su madre y en el nacimiento. Podríamos
preguntarnos si estas vivenciaciones son fruto de la imaginación de
los pacientes, pero para los que trabajamos con estas técnicas de
regresión no cabe ninguna duda de su realidad, puesto que siempre
que hemos contrastado los hechos que los pacientes relatan con la
versión de madres y padres, se ha comprobado su veracidad. Esto nos
ha permitido acceder a cientos de relatos en vivo y en directo de lo
que siente un bebé desde el mismo momento de la concepción, así como
comprender la influencia que tienen la gestación y nacimiento, no
sólo en el presente del bebé y niñ@, sino también en el resto de su
vida. Hace tiempo quedó escrito que “En la historia de una persona,
su gestación y nacimiento contienen hechos más transcendentales para
él, que los ochenta años restantes”. Esta afirmación puede parecer
exagerada o incluso falsa, pero una vez se comprende cómo siente un
bebé en el útero materno o naciendo, una vez que se comprueba cómo
las raíces de nuestra forma de ser más profunda y las causas de
patologías o desarmonías que nos afectan de adulto se encuentran en
estas épocas de la vida, esta afirmación adquiere el valor de una
auténtica verdad.
Y esta verdad nos otorga a madres y padres una gran oportunidad, y
también una gran responsabilidad, para influir en el futuro de
nuestros hij@s.
El nacimiento
A nivel fisiológico el nacimiento es un proceso complejo que exige
el máximo de los cuerpos del bebé y de la madre. El Dr. Michel Odent
demuestra la importancia del estado mental y emocional de la madre
para el funcionamiento adecuado de los mecanismos que la naturaleza
tiene previstos para el acto de dar a luz. Su implicación es básica
para el aprovechamiento del cóctel de hormonas que se generan, entre
las que destacan las endorfinas –morfina endógena, que producen
madre y bebé– y la oxitocina –genera contracciones del útero, induce
el amor maternal–, que sólo podrá segregarse si no se produce
adrenalina, al ser antagonistas. La adrenalina se produce ante una
situación de peligro, de miedo, de inseguridad y ello nos da pistas
para pensar qué aspectos debemos cuidar en el entorno del
nacimiento. El Dr. Michel Odent aboga por un parto que hay que
“mamiferar” en el sentido de respetar el proceso instintivo, natural
del nacimiento, a través de la intimidad, la seguridad, la
temperatura adecuada, el lenguaje utilizado con precaución, la
penumbra.
Desde la perspectiva del bebé, su nacimiento es un hecho de alta
carga emocional. Abandona el cálido y protector útero para surgir a
un mundo desconocido a través de un camino largo y lleno de
obstáculos, que implicará también la independencia vital respecto a
su madre, que le ha facilitado todos los nutrientes y el oxígeno
necesario para la vida a través del cordón umbilical.
Hoy en día, en la mayoría de los hospitales, algo tan natural como
dar a luz se ha convertido en algo “técnico”, frío, olvidándose de
que el nacimiento es un acto sagrado donde la madre y el bebé tienen
necesidades afectivas y emocionales. No se muestran las diferentes
alternativas del nacimiento y menos aún sus ventajas, al contrario,
se negativizan alegando riesgos importantes para la madre y el bebé.
Un nacimiento hospitalario “típico” hoy en día es: aparecen las
contracciones y al llegar al hospital, tras una larga o corta
espera, se inmoviliza a la madre estirada en una camilla, se le
practica enema y rasurado, enchufada al gota a gota, con el cinturón
de sufrimiento fetal y a la mínima se le administra oxitocina (que
sólo actuará a nivel muscular, pero no cerebral), con lo cual las
contracciones se acelerarán, se harán más intensas y dolorosas (se
ha roto definitivamente el proceso natural del nacimiento) y por lo
tanto tenemos todos los números para la epidural, fórceps,
episiotomía o la cesárea.
Al nacer el bebé es cogido por unas manos enormes, desconocidas, hay
gritos, ruido, luces cegadoras, le cortan el cordón umbilical antes
de que deje de latir por lo que se asfixia y tiene que esforzarse al
límite para poder limpiar sus pulmones y poder inhalar ese aire
salvador, pasa de unas manos a otras, se le manipula lavándolo,
pinchándole, pesándolo, midiéndolo. Es separado de su madre, en la
que ha tenido hasta ahora (toda su vida) su hogar. Para acabarlo de
arreglar, no se apoya suficientemente el inicio de la lactancia, sin
asesorar a la madre. ¡Vaya recibimiento al bebé!
Imaginaos que en este momento os cojo del brazo, os llevo a un
aeropuerto y os embarco en un avión rumbo a un país desconocido en
donde vivirás a partir de ahora. El avión aterriza y bajas por su
escalerilla. Hay una multitud de personas que empiezan a gritarte, a
zarandearte agresivamente. Nadie te ayuda. No conoces a nadie. Estas
solo e indefenso. Ahora, en cambio, supón que al bajar las
escalerillas del avión la gente te recibe con sonrisas, abrazos,
flores, hasta una banda de música toca en tu honor. ¡Sorpresa! Están
todos tus seres queridos esperándote, llenos de felicidad por
recibirte.
Pregunta: ¿cómo te sentirás viviendo en este país en el primer caso?
Pues ya ves, asustado, triste, compungido, agarrotado. Ya pueden
cambiar las cosas con el tiempo, pero esto no lo olvidarás nunca.
Los miedos, la desconfianza, la rabia o incluso el odio (sobre todo
hacia mí que te he metido en ese avión) te acompañarán para siempre.
En el segundo caso, todo lo contrario. Feliz, encantado, confiado.
Te sentirás a gusto, valiente, con ganas de vivir. Hasta me
invitarás para que vaya a verte algún día.
Lo mismo pasa con el bebé y su nacimiento. Aterriza en un mundo
desconocido (¡vaya aterrizaje en algunos casos!) y de lo que en ese
momento sienta, perciba, vivencie, van a depender muchas de sus
características personales a la hora de enfrentarse a la vida. El
nacimiento deja una huella imborrable en nuestra forma de ser.
En los nacimientos en casa, o naturales de los hospitales, el bebé
se complace al ser puesto junto a su madre, al cruzar la primera
mirada, llena de ternura. El bebé “lee” esa mirada, identifica su
sentido de alegría, de amor. Es la mejor de las bienvenidas. El bebé
siente el olor, el calor, los latidos del corazón, sobre el cuerpo
de su madre. Empieza a respirar tranquilamente, sin ahogos. Ni
siquiera nota el corte del cordón umbilical, que ha dejado de latir.
Se siente feliz, está junto a su mamá.
También es capaz de acercar su boquita al pezón de ese cálido pecho
y empezar a mamar. ¡Aquí sí que se está gusto! El cóctel de hormonas
se completa con la prolactina (relacionada con el apego y con el
inicio de la lactancia).
¿Qué es un buen parto?
Para contestar a esta pregunta no hay que tomar como referencia la
“forma” en que se desarrolla el parto. Hay que tomar como referencia
cómo lo ha vivenciado la madre y, por resonancia con ella, cómo lo
ha vivenciado el bebé.
La forma es importante. No cabe duda que es mejor siempre plantear
un parto natural (mamífero, según definición del Dr. Michel Odent)
que una cesárea programada o un parto hospitalario clásico donde un
buen parto no es más que un parto rápido, con todo lo que supone de
falta de intimidad, medicación, inmovilización y montaje tecnológico
entre otras cosas. Pero como sabemos que las percepciones del bebé
tienen como base principal las de la madre, excepcionalmente, puede
ser mejor para una madre llena de miedos u obsesionada con no
“sufrir”, una cesárea (mejor no programada sino cuando llegue por
naturaleza el nacimiento y esperando a que el proceso de parto esté
lo más adelantado posible para permitir le generación del antes
comentado cóctel de hormonas). Con ello no quiero juzgar esa
decisión sino pensar en lo mejor para el bebé en este caso, en que
el problema sería más la desinformación, la preparación previa y la
manipulación que le han llevado a esa opción, que el hecho en sí.
También puede ser obligada una cesárea en casos de peligro para la
vida del bebé o de la madre, aunque desde luego no en tantas
ocasiones como nos quieren hacer creer, pudiendo tomar como
referencia las recomendaciones de la OMS.
¿Qué puede hacerse si no hay más remedio que efectuar la cesárea?
¿Supondrá un daño psicológico irreparable para el bebé? Desde luego
que no. Sobre todo si la madre, informada y consciente de la
capacidad de comunicación que tiene con su bebé, está en contacto
mental y emocional continuo con él –permitiéndolo así la epidural,
en que la madre mantiene la conciencia–, transmitiéndole
tranquilidad, explicándole lo que sucede (sí, habéis leído bien,
explicándole lo que en cada momento está sucediendo. Los bebés son
capaces de percibir y entender más de lo que podemos imaginar). La
calidad emocional del nacimiento dependerá también de la calidad
emocional de la gestación y se asentará en las horas y días
posteriores al mismo. Si añadimos el no cortar el cordón umbilical
hasta que deje de latir, el colocar al bebé en el pecho de su madre
(se puede hacer en algunos casos aunque sea cesárea), no interrumpir
el contacto madre-bebé si no es imprescindible y el menor tiempo
posible (y ahí está el padre para cogerlo en este caso), el iniciar
la lactancia…éste será el mejor de los nacimientos.
Desde al Plataforma de Derechos del Nacimiento defendemos que el
mejor parto para la mujer es el mejor parto también para el bebé, y
es la mujer, suficientemente informada, la que debe decidir cómo dar
a luz, otorgándole las posibilidades de llevarlo a cabo, sea cual
sea la forma decidida. Es un derecho básico de respeto y libertad
sobre el propio cuerpo. No se puede manipular, desinformar, obligar,
como se hace con muchas mujeres, que quedan sin más opciones que las
que pasan por el parto hospitalario típico.
Dar a luz es un acto sagrado, digno de respeto por lo que entraña en
cuanto al surgimiento de una nueva vida, por lo que supone como
vivencia para la madre, por lo que implica en el futuro del bebé,
que es lo mismo que decir en el futuro de toda la humanidad. Al fin
y al cabo los bebés de hoy serán las mujeres y hombres del mañana.
Bebés, niños, en armonía lo serán también de adultos, llevando a
sociedades igualmente en armonía, de las que estamos más bien faltos
en la actualidad.
Ante todo, información
La gestación y el nacimiento son los hechos más importantes en la
vida de las personas, tanto vivenciándolo como bebé, como siendo
madres y padres. En las últimas décadas se ha tecnificado tanto la
gestación y el nacimiento que se ha perdido en gran medida la
oportunidad de experimentarlo con toda su carga emocional, con toda
su fuerza vital.
Toda mujer tiene el derecho (y yo diría además el deber) de
informarse de las diferentes posibilidades que tiene de traer a sus
hij@s al mundo, de lo que supone cada una de ellas, teniendo en
cuenta sus propias necesidades y las del bebé; escogiendo la que
crea más adecuada a sus expectativas y deseos. Para ello, no hay más
remedio muchas veces que “buscar” esa información fuera de los
cauces hospitalarios y médicos usuales, tarea que facilitan grupos y
asociaciones dedicados a informar, asesorar y proteger los derechos
de madres y bebés (incluidas las valiosas asociaciones de apoyo a la
lactancia).
Sólo la concienciación de madres y padres de lo que supone una
manera u otra de dar a luz puede hacer cambiar finalmente actitudes
y protocolos irrespetuosos con las mujeres y sus bebés. Son muchas
las personas dispuestas a promover este imprescindible cambio, por
bien de los bebés, las madres, los padres y de toda la sociedad.
“El nacimiento es un acto sagrado, una representación en la Tierra
de la Creación de la vida. Dar a Luz es un acto sublime de amor,
lleno de afecto y entrega. Toda madre, todo bebé, tiene derecho a
vivirlo en toda su intensidad, con toda su carga emocional.
Respetando el nacimiento, respetamos al Ser Humano, respetamos la
Vida y sembramos semillas para un mundo mejor.”
Enrique Blay, psicoterapeuta del centro ARA - Psicología y
Anatheóresis de Barcelona.
ELS MEUS PARTS
No hi he res més avorrit que llegir o escoltar la història dels parts de les demés. És veritat. Em vaig plantejat si realment ho havia d’escriure o no. Finalment m’he decidit a fer-ho.
Per què? Doncs hi ha varies raons:
- Perque n’he tingut 3 en 3 llocs ben diferents i crec que val la pena veure les diferencies entre clínica privada, hospital públic o a casa.
- Per a aquelles de vosaltres que necessiteu informació.
- Perque crec que les dones podem i hem d’intervenir en els nostres parts que són a la vegada els naixements dels nostres fills.
- Perque cada vegada més escolto dones que es queixen de no haver-se informat abans del primer part.
- Perque crec que és important que cadascun de nosaltres sapiguem com hem nascut, i per tant aquest escrit és un regal per els meus fills.
- Per aquelles de vosaltres que sí que l’interessin les histories de parts
- Perque a mi, es clar també m’agrada explicar els meus parts
- I perque en definitiva aquest web l’he creat jo.
Però abans que comenceu a llegir vull explicar dues coses més. La primera és que, del primer, ja fa més de 10 anys. Per tant, intentaré mantenir-me fidel als meus records, però estic segura que se m’escaparan records. I la segona, es que el part del segon va ser en un hospital públic i em van respectar les meves decisions però no seria honesta si no reconegués que jo treballava en aquell hospital i per tant, eren companyes meves les que m’atenien el part. Estic segura que continuen treballant igual però no és garantia que en altres hospitals o en el mateix però amb d’altres llevadores/ginecòlegs es respectin igual.
PART DE LA LAURA
La Laura és la gran. Jo no era llevadora ni entenia res del tema. De fet el primer part vist/viscut per mi va ser el de la meva filla. Vaig prioritzar la intimitat d’una habitació privada a l’assistència. De fet jo crec que de bons professionals hi trobem a tot arreu (també de no tan bons, per descomptat). Així que al tenir una mútua privada vam decidir tenir-la a una clínica privada.
Puc dir sincerament que l’embaràs de la Laura és el que més vaig gaudir. Vaig treballar i lluir panxa fins el mateix dia del part. A les 14 hores plegava de treballar per anar a un control rutinari i anant cap a la consulta vaig tenir una sola contracció forta. Recordo haver pensat que no m’importaria posar-me de part aquell mateix dia. I a l’exploració em van trobar a 4 centímetres de dilatació. Contraccions?? Si en tenia no m’adonava. Només recordo aquella del cotxe. Tot va succeir molt ràpid.
Jo tenia la visita a les 18 hores i em van fer un registre cardiotogràfic abans de la visita. Al fer-me l’exploració em van enviar en taxi a la clínica dient-me que estava a punt de trencar aigües. Vam arribar a la clínica, el meu home i jo, i mentre esperava a la llevadora, ell va anar a buscar la bossa del nadó (no havíem volgut saber el sexe).
Quan va arribar la llevadora em va fer passar a una habitació, em va trencar la bossa de les aigües, em va posar un sèrum (sembla que amb oxitoccina, que és una hormona per a provocar contraccions) i em va posar un enema de neteja. Després es va anar a canviar de roba mentre jo evacuava l’enema. Fins aleshores jo no en tenia de contraccions. Però quan em vaig aixecar per anar al lavabo va venir la primera. No em podia moure del mal!! Per sort em vaig contar unes 10-15 fins que va néixer la Laura. El meu home, pobre no va poder arribar a temps al part. Quan va tornar la llevadora em va portar directament a la sala de parts per posar-me l’anestèsia. Jo no la volia però em van dir que al ser prematura (de 36 setmanes) haurien de assistir el part amb espàtules. Total que ja estava dilatada del tot, em van posar de costat per posar-la i només em va agafar a la cama de sota, i a sobre no els hi va donar temps de posar les espàtules i la Laura va sortir tota sola. Tot i que l’anestèsia no va agafar bé, em vaig alegrar de tenir una cama dormida, perque l’altra em feia molt de mal. Vaig agafar la Laura perque me la van donar, jo pensava que em cauria, i després, se la van dur a la incubadora durant 3 hores. A les 19’10 ja havia nascut. Un temps rècord per a ser la primera, perquè recordeu que a les 18 encara estava a la consulta. El meu record és bo. Creia que no es podia tenir un part millor. Clar que els altres van alterar una mica aquest record. No perque siguin millors o pitjors sinó perque van ser diferents. Jo hi vaig poder participar una mica més.


PART DEL SERGI
El Sergi vaig decidir tenir-lo a l’hospital on treballava aleshores. És un hospital gran de la capital i públic. Havíem pensat tenir-lo a casa, però finalment vam decidir que a l’hospital. L’embaràs va ser completament diferent. Degut als antecedents de la Laura, em van controlar més i a les 24 setmanes vaig haver de fer repòs.
Al igual que amb la Laura, vaig anant dilatant sense contraccions i a les 36 setmanes estava de 5 centímetres. Em van proposar ingressar i trencar la bossa de les aigües per provocar-me contraccions. Hi va haver companyes que no m’ho recomanaven perque el Sergi havia de néixer quan ell volgués, sense provocar. Però jo estava cansada del repòs, i venia un cap de setmana llarg amb gent nova treballant i vaig decidir que volia tenir-lo ja. Així que el dia següent vaig ingressar, em van trencar la bossa i vaig esperar les contraccions. Vaig fer força mentalment perque no triguessin gaire, i en hora i mitja van començar… Des de l’inici de les contraccions fins el naixement va passar una altra hora i mitja. La dilatació pràcticament no va variar en aquest temps i les companyes insistien que una mica d’oxitoccina no aniria malament, però no vaig deixar que em posessin res.
De cop vaig notar moltes ganes d’empènyer, la doctora em demanava temps per a posar-se els guants, però joli deia que no hi havia temps, el Sergi estava sortint. Em vaig col·locar en posició i vaig empènyer. Em deien que ho fes a poc a poc, jo només recordo que vaig pensar que si ho feia de cop i sortia em deixaria de fer mal. Quan el cap estava fora el vaig acabar de treure amb les meves mans i me’l vaig posar a sobre. El primer que vam fer el meu home i jo va ser mirar si era nen o nena perquè tampoc ho vam voler saber abans. Després el vam acaronar, assecar i ens van mirar tots dos rient. Si en algun moment vaig dubtar si volia tenir els meus fills sola, o acompanyada, en aquell moment vaig donar gràcies perquè el meu home estigués allà. Va ser un moment màgic i encara recordo el petó que em va fer al front. També recordo que una companya em va preguntar si volia aixecar-me per a vestir-lo i li vaig dir que no. Estava esgotada. Més tard a la habitació el vaig despullar i me’l vaig posar directament pell amb pell mentre donava el pit (ja l’havia donat també al paritori).

PART DE LA PAULA
Abans de quedar-me embarassada de la Paula ja havíem parlat d’on tenir-la. Jo vaig expressar el meu desig de tenir-la a casa. El meu home en principi no veia cap inconvenient, però sempre deia,: “ja ho parlarem quan arribi el moment…”
Bé, l’embaràs de la Paula va ser més o menys com el del Sergi. En aquest cas en van fer repòs abans, a les 17 setmanes, però repòs relatiu. D’aquesta manera vaig aguantant amb petites modificacions del coll de l’úter però sense arribar a dilatar fins a les 32-33 setmanes. Aleshores sí que em van dir repòs absolut perquè la cosa s’anava accelerant.
Durant l’embaràs van haver-hi moments de indecisió sobre temes com si fer o no l’ammiocentesi, on tenir-lo, on seguir els controls,…Però els raonaments sempre ens portaven al mateix lloc:
- No volíem interrompre l’embaràs, per tant no calia ammiocentesi. Vam assumir la possibilitat de tenir un sde. de Down, però també sabíem que les possibilitats eren poques. Confiàvem en la segona ecografia per a detectar malformacions importants, i si no es veien era perque no eren importants.
- Els controls vaig tenir clar amb qui fer-los i ella mateixa em va derivar a un altre hospital de referència perque l’hospital on treballo no està preparat per a atendre dones amb al·lèrgia al làtex. D’aquesta manera no vaig haver d’escollir entre els meus companys actuals i els anteriors on vaig tenir al Sergi.
- En quant al part a casa, ho tenia clar però el meu home també ho havia de tenir. Jo crec que si ha de passar alguna cosa passarà igualment. Treballo en un hospital i sé que de vegades no es pot fer res, per tant es igual on el tinguis. El que no faria era arriscar-me si hi havia algun indici de complicació. Així que ho vam parlar i vam quedar que si no apareixia cap factor de risc , arribava a les 36 setmanes i tot era correcte, el tindríem a casa, però si alguna cosa no anava correctament aniria a l’hospital de referència que em tocava. Tot i així de vegades tenia dubtes, però quan pensava perquè el volia tenir a casa, els dubtes desapareixien. Ara el dia del part no vaig tenir cap dubte que el volia tenir a casa i que tot anava bé.
Al igual que els altres jo vaig contar quan arribava a les 36 setmanes i vaig buscar quin dia volia tenir-lo. A les 36’3 setmanes hi havia un dimarts amb canvi de lluna, així que vaig pensar que seria el dia ideal. Només en quedava un dubte, els altres dos me’ls van provocar trencant la bossa, em posaria de part jo sola??
Quan va arribar la nit del dimarts vaig començar a cridar les contraccions, com vaig fer amb el Sergi. Venien, però de forma irregular. Vaig rebre una trucada de la llevadora dient-me que estava en un altre part i donant-me instruccions de què fer si em posava de part. Vaig tenir contraccions fins a les 2 de la matinada, i em vaig adormir fins a les 4. A les 5 ja eren cada 5 minuts i una mica més fortetes, així que la vaig trucar de nou per saber si ja havien acabat el part i em va dir que estava en un trasllat però que ja acabava, així que em vaig relaxar i vaig deixar que arribessin les contraccions. Quan va arribar estava de 7-8 cm, i així vaig estar tota l’estona (com amb el Sergi). Quan ja portava 7 hores amb contraccions em van preguntar què volia fer i els hi vaig demanar de trencar-me la bossa de les aigües. Tres quarts d’hora més tard la Paula va néixer. Crec que necessitava que em fessin el mateix que m’havien fet amb els altres, tot i que com a llevadora sé perfectament que no cal trencar la bossa perquè neixi un bebè.
En aquest cas vaig anar empenyent mica a mica, perquè ja sabia com fer-ho per a evitar els estrips. Jo la vaig agafar i me la vaig posar a sobre, enseguida va buscar el pit i vam esperar que deixés de bategar el cordó per a tallar-lo. La placenta va sortir tota sola una mitja hora després.
DIFERENCIES?
La posició, a casa la vaig tenir de costat. Ja hi ha hospitals on es pot escollir la posició però son pocs.
Possiblement jo trobaria menys diferencies que altres dones, perquè el fet de ser llevadora fa que et respectin més la teva opinió, però a part de la durada del part i la posició per a tenir a la Paula van haver-hi d’altres coses per les quals repetiria un part a casa:
- No haver d’ingressar
- No preocupar-me de com col·locar els nens el dia de part, o cada falsa alarma de part
- La participació de la meva filla gran durant el part
- LA CARA DE LA MEVA FILLA GRAN, cada vegada que explica com va néixer la seva germana
- Poder-me aixecar quan volgués i anar a menjar a l’hora que em vingués de gust, sense horaris
- Que no em despertin al matí per a posar-me el termòmetre
- Poder-me dutxar a casa meva amb totes les meves coses
Hi ha moltes més coses com la intimitat durant el part, el respecte al procés, no intervencions innecessaries,… Però aixó amb el Sergi, també se’m va respectar a l’hospital.
He de dir també que el pediatre i la infermera pediàtrica de la meva zona es van portar molt bé, perquè al no venir pediatre a casa necessitava una visita en els primers 3 dies. La Paula va néixer en dimecres, l’última setmana de Juliol. Ells marxaven de vacances el dilluns. Els vaig trucar dijous i no només en van dir si volia anar-hi aquell mateix dia sinó que em van oferir la possibilitat de venir ells a casa. Finalment vam quedar a la consulta el divendres al matí, la Paula tenia 2 dies.

PART HOSPITALARI
Introducció
Aquesta setmana no deixo d’escoltar el mateix a tot arreu. Normalitzar l’assistència als parts als hospitals perquè els pares puguin tenir un part natural a l’hospital. Es fan plans de naixement per escrit i ara s’està fent un protocol de part natural de la Generalitat de Catalunya. Estic contenta? No ho sé. No sé si és millor o pitjor. Per una banda crec que ajudarà a forçar als professionals que no hi creuen en parts sense intervenció a que s’ajustin al protocol de la Generalitat. Però per una altra banda, jo crec que no hauria de fer falta això si tots en tinguéssim clar que els parts són processos naturals que no necessiten intervenció, generalment. Som professionals i en sabem fer la nostra feina. No creieu que tot això crearà malestar entre els professionals? O potser no? No ho veig clar…
La meva postura
Jo no crec que hi hagi un lloc o una forma de parir ideal per a tothom igual. Jo crec que cada parella s’ha de plantejar des de un inici com i on volen rebre el seu fill i per a mi és tan respectada la decisió d’anar a un hospital a tenir el seu fill amb anestesia (o sense ella) com decidir rebre’l a casa de manera més natural. Crec que no tothom entén la maternitat de la mateixa manera i per tant hem de respectar les decisions.
Però a Espanya tenim una mancança, i és que el part a casa no està subvencionat per la seguretat social. Això fa que moltes parelles acabin tenint als seus fills a la sanitat pública perquè no es poden pagar un part a casa.
Des de que sóc llevadora intento que les parelles que han decidit tenir-ho a l’hospital tinguin un part el més natural possible, si és el que ells volen. No sempre es pot, pel volum de feina que en tenim, però també és cert, que no sempre és el que volen les parelles. De les dones que atenc a l’hospital podria dir que només 1 de cada 10 voldria un part natural sense intervencions i sense anestesia i amb mobilitat. Les altres 9 estan repartides entre es que volen un part natural sense intervencions però també sense dolor. I hi ha 1 o 2 que demanen no tenir dolor, que sigui curt i si pot ser per cesària per a no patir contraccions ni dolor. Fins i tot de vegades em veig repetint 3-4 vegades que s’aixequin i caminin, perquè quan ingressen s’estiren directament al llit.
Si els hi preguntes abans de estar de part totes diuen que el més natural possible, però quan venen de part el resultat és el que he anotat abans. Per tant què penseu que haig de fer amb les senyores que ho estan passant malament i demanen acabar el més ràpid possible? Les hauríem de deixar sense anestesia i amb un part lent?
És per aquest motiu que jo crec que els professionals ens hem d’adaptar a les demandes de les senyores, (per descomptat controlant l’evolució del part per a evitar possibles complicacions, que és la nostra feina) i ajudar-les a rebre als seus fills com elles/vosaltres volen/voleu.
Crec que per a rebre als fills de manera natural ha d’haver-hi una preparació prèvia que no es pot fer d’urgències quan ja estàs de part. I de fet es nota quan la parella ha fet aquesta preparació abans del part i quan no.
M’agradaria demanar coses:
Als companys de feina:

Que intentin respectar el desig dels pares en la mida del possible. La rebuda del nostre fill és prou important com per a fer-la en la intimitat i al ritme que cada parella hagi escollit.

Que no tinguin presa en acabar un part, a no ser que la situació així ho precisi.
Als de dalt

Que deixin de posar-se medalles amb protocols i treballs que després són difícils de complir per la manca de personal

Que entenguin que no es poden fer bé les coses si no dotem als hospitals del personal necessari

Que, potser, és hora de començar assumir econòmicament el preu de tots els parts, tant si la dona/parella decideix tenir el seu fill a un hospital com si decideix tenir-ho a casa.
Als futurs pares:

Que es preparin abans, inclòs, de l’embaràs per a ser pares

Que es responsabilitzin del seu embaràs i part i no ho deixin tot en mans dels altres

Que gaudeixin de l’embaràs i el part com allò que és: l’arribada del seu fill

Que entenguin que de vegades poden ser necessàries intervencions per a evitar mal majors per a la mare o el nen
I als que ja són pares

Que deixin de criticar a tots els professionals, en general. No tota la culpa és nostra

Que gaudeixin del fill que tenen. Hi ha una dita en castellà que diu:
“Si lloras porque ha marchado el sol, las lagrimas no te dejaran ver las estrellas”
Si ens quedem només amb el que hem fet malament i ens omplim de sentiments de culpabilitat, no gaudirem del que tenim que és en definitiva el més maco del mon: ELS NOSTRES FILLS
I a tots en general:
Si en compte de criticar-nos i barallar-nos, parléssim, potser arribaríem a col·laborar i a aconseguir un mon millor. És demanar massa? Sí, potser si….